Eventualmente, queremos tener todo bajo control, contar con el perfecto dominio de nuestra empresa y hasta entrar a detallar en cuestiones administrativas. Por esta razón, muchas veces pasa desapercibida la trascendencia que tiene contar con un buen asesor empresarial, sin embargo, debes tener en cuenta que él es quien puede librarte de engorrosas tareas y ayudarte en los momentos claves para tu organización.
En base a su experiencia profesional, un asesor puede guiarte en las etapas y decisiones más difíciles: el inicio de tu empresa, elegir la forma jurídica que más se ajuste a tu idea de negocio, solicitar un crédito bancario o una subvención, el adaptarse al crecimiento de tu negocio y todo lo que esto implica (nuevos empleados, nueva maquinaria, nuevos socios, etc), el lanzamiento de un nuevo producto y/o servicio, comprar una franquicia, comprar otra empresa, entre otras acciones que pueden afectar la estructura financiera de tu negocio. Sumado a todo esto, también puede aportar en la elaboración de un plan estratégico y de negocios capaz de librarte de una crisis financiera. Es decir, gracias a su conocimiento del mercado, él puede ajustar tu optimismo con una cuota de realismo, lo que determina, en gran medida, el éxito o el fracaso de una empresa.
Así mismo, un asesor empresarial tiene la capacidad de realizar un constante análisis de tus estados financieros y sus ratios, lo que te permitirá evaluar el crecimiento económico de tu organización. Esta visión global te facilitará la toma de decisiones, como invertir o reorganizar tus recursos.
Como ves, un asesor empresarial puede convertirse en el gran aliado estratégico que necesitas, pero si la contratación de uno, a tiempo completo, resulta ser un poco costosa para tu emprendimiento, también puedes recurrir a un servicio de outsourcing (servicio externo) el cual es más económico e igual de fructífero.
En el ESTUDIO RAMÍREZ estamos dispuestos a ayudarte en lo que necesites.